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Niños, estrés y resfriados

Niños, estrés y resfriadosCon la llegada del otoño se acerca la fecha, a partir de la cual los escolares comienzan a asistir al colegio a jornada completa, es decir en horario de mañana y tarde. Aún así nuestros hijos ya llevan aproximadamente un mes asistiendo de nuevo a clase y durante ese primer mes, en un gran número de casos, su sistema inmunitario ya ha tenido que hacer frente a resfriados, gastroenteritis u otras infecciones de tipo viral.
Este tipo de afecciones son típicas de los meses de invierno o normalmente asociadas a cambios de temperatura. En este caso no estamos en invierno y las temperaturas del mes de septiembre no suelen ser tan altas como en los anteriores meses para que nos expongamos a cambios bruscos entre temperatura ambiente y aires acondicionados.

¿Dónde está la causa entonces?

 
Aquí es donde entra en juego el estrés, el cual mantiene una relación de amor odio con nuestro organismo. Para vivir es necesario el estrés, el caso es que en ciertas situaciones el estrés compromete nuestro sistema inmunológico y ahí es donde radica su relación, tan importante, con nuestro sistema nervioso y el inmunológico.

El Estrés y el Sistema Inmunitario

Los problemas emocionales causados por el estrés son con frecuencia evidentes, entre ellos una ansiedad excesiva, sentimientos de culpa y oscilaciones bruscas del estado de ánimo. Los efectos físicos tal vez sean menos visibles, pero pueden ser fatales. Las investigaciones han demostrado que el estrés afecta al sistema inmunitario, con consecuencias serias.

 ¿Cómo afecta el estrés al sistema inmune?

El sistema nervioso y endocrino liberan hormonas y neurotransmisores que afectan al funcionamiento de los nervios y tejidos del cuerpo. Ciertas investigaciones apuntan a que una activación prolongada de dichos sistemas tiende a producir efectos perjudiciales, es decir la tensión nerviosa reduce las células que combaten las enfermedades.

La vuelta al cole y el estrés

El verano pasa rápido y con él las vacaciones. De pronto nuestros hijos vuelven a cargarse con prisas y obligaciones durante gran parte del día, fuera del agradable entorno familiar. Estas situaciones crean un desequilibrio emocional que conlleva a situaciones de estrés. De la misma forma que los adultos padecemos del estrés postvacacional, nuestros hijos también lo hacen. La diferencia es que ellos no tienen las mismas herramientas, sobre todo en el caso de los más pequeños, para hacer frente a ese tipo de situaciones.
Después de un verano de ocio y diversión el niño sufre un choque emocional. Este impacto se debe un cambio de entorno que obliga a romper el vínculo con la familia durante buena parte de la jornada. Además, comienzan los nuevos ritmos, las prisas y las obligaciones escolares. Incluso una alimentación inadecuada se suma para debilitar aún más su sistema defensivo.
La quiropráctica trabaja sobre la columna vertebral para evitar que las interferencias que producen en nuestro sistema nervioso las vértebras mal alineadas o subluxaciones vertebrales, perjudiquen nuestro sistema nervioso alterando la información que circula por la médula espinal a los órganos del cuerpo.
Con los ajustes vertebrales el quiropráctico rectifica estos desplazamientos vertebrales y libera al sistema nervioso de interferencias. Además el ajuste quiropráctico alivia el dolor nervioso, restaura la movilidad de la columna, favorece la mejora postural y ayuda a aliviar las tensiones musculares derivadas del estado de estrés.
Asegúrate siempre, que el quiropráctico al que visites pertenece a la AEQ

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